En 2020 FUNDASAL ha cumplido 52 años de compartir con miles de personas una promesa de esperanza y futuro. Tenemos más de cinco décadas de compromiso para con las familias que han sido excluidas de todo beneficio económico o social. Pensar y reafirmar ese compromiso, hablar sobre la historia y recuperar la descripción del camino andado es importante.
Para FUNDASAL cincuenta y dos años contienen cientos de proyectos de vida, miles de historias de hogares y múltiples intentos por alcanzar transformación estructural.
Hemor producido saltos como resultado saltos positivos en la calidad del servicio solidario hacia el pueblo, que reafirman y confirman el compromiso socio-político, y que ha innovado en acción, siendo consecuente con la actual realidad nacional y regional.
Cada etapa de la vida institucional ha tenido sus grandes desafíos. Así como 1968 tuvo sus retos, esperanzas y contradicciones, también 2020 presentó nuevas luchas y apuestas, diferentes métodos de búsqueda para mismos fines: hacer realidad el Derecho Humano a la Vivienda y al Territorio. Descubrir esos retos, asumirlos y enfrentarlos será honrar la historia, asumiendo con seriedad y responsabilidad esta herencia del Padre Antonio Fernández Ibáñez s.j., fundador de FUNDASAL.
Si bien es cierto que, las características del déficit habitacional en la región, posee sus particularidades, también es cierto que sin caer en la ciega receta, es una problemática a la cual puede aportar mucho FUNDASAL. Se convierte por tanto en un deber, continuar socializando y divulgando sus modelos de intervención, entregando y transfiriendo metodología, información y ejemplos que sean de utilidad, para los actores de transformación en cada país centroamericano.
Habiendo evaluado las intervenciones ejecutadas, FUNDASAL está convencida del impacto real obtenido en éstas, y emprende con conciencia una proyección de transferir detalle de procesos y productos, a pobladores organizados, organizaciones hermanas y gobiernos que deseen escuchar en qué consiste el apoyo más apropiado para asesorar la producción social del hábitat.
Las intervenciones en barrios urbanos, el rescate de zonas degradadas para ser convertidas en extraordinarios espacios públicos, las mejoras a la salud comunitaria a partir de mejoras a la ciudad y al hábitat, la investigación en materiales que retornan a la esencia del ser latinoamericano, y recuperar la vida y la dignidad en los centros históricos a partir de la organización de sus propios habitantes, son todos cambios profundos en la calidad de vida de miles de familias; y es una aspiración que dichos cambios tengan una trascendencia regional. FUNDASAL se abre y recibe a quienes deseen escuchar y adoptar estas formas innovadoras de hacer realidad el Derecho Humano a la Vivienda, a la Ciudad y al Territorio.
FUNDASAL se encuentra laborando solidariamente en diversos espacios internacionales con redes e instituciones hermanas, con organizaciones sociales, centros de educación superior iberoamericanas y se propone fortalecer dichas alianzas. Existe convencimiento pleno de que estas redes y colectivos llevan esperanza a sus países y son aliados incondicionales de organizaciones sociales, pues se trata de redes con quienes FUNDASAL comparte totalmente visiones y posturas. Quienes forman parte de estas redes tienen muchos años de caminar lado a lado de las propias acciones institucionales, pendientes de los resultados, colaborando con sus iniciativas, intercambiando conocimiento, entregando información y haciéndose presente cuando ha sido necesario demostrar unidad.
El impacto que se logra tener en América Latina a partir de este colectivo, no tiene medidas ni indicadores, pues trasciende lo cuantificable posible. Una de las razones por las cuales FUNDASAL lleva casi cinco décadas trabajando por los más empobrecidos, construyendo hogares y comunidades, es gracias a estas alianzas y fidelidades.
Existe el propósito de aprovechar al máximo las facilidades que la tecnología proporciona en estos momentos, para divulgar más esa acción de intercambio y solidaridad, para mantener a todos los amigos, socios, hermanos de esta institución, al tanto de cuanto se lleva a cabo y sucede en esta región del mundo.
Las familias que ahora sufren día a día una nueva forma de violencia social, son las hijas o nietas de las mismas familias que tuvieron, hace más de treinta años, que huir de sus cantones y caseríos para quedarse en los campamentos de refugiados en las fronteras o en las zonas urbanas que, medianamente ofrecían alguna seguridad. Escapando de un horror para vivir otro, una y otra vez.
Esos hogares que fueron forzados a desplazarse, buscaron retornar a sus lugares de origen e intentaron reconstruir sus caminos, FUNDASAL estuvo presente en ese importante momento de la historia nacional y aportó toda su capacidad para recibir a las familias exiliadas que volvían a su Tierra.
En las entrevistas o sencillas conversaciones que se sostienen hoy con hombres y mujeres, participantes de proyectos institucionales, aparecen todos estos relatos duros que conforman la historia nacional.
Los jefes y jefas de familia son estas mismas familias mutiladas por las consecuencias de la guerra y la represión, con hermanos, madres, padres, hermanas o abuelos muertos y desaparecidos. Las víctimas son los protagonistas de los proyectos o los descendientes directos, sus hijos e hijas, que retoman el bastión y siguen en la lucha por salir de la exclusión y la pobreza.La ausencia de oportunidades obliga nuevamente al desplazamiento, y así estas mismas familias son las que semana a semana, de setecientos en setecientos, viajan y se hunden en el drama humanitario de América Latina, al convertirse en migrantes con el título oficial de ilegales. Huyen de un horror conocido, dispuestos a enfrentarse a otro horror desconocido. Estas mismas familias son las que están enfrentando los impactos negativos del cambio climático, que les deja sin agua para el consumo y el cultivo, o está inundando sus precarias viviendas y suelo, o transformando profundamente su -ya empobrecido territorio- de diversas formas.
FUNDASAL es testigo de cincuenta años de esta realidad, la analiza, la enfrenta con respuestas acordes a este nuevo modo de dañar la sagrada dignidad humana. FUNDASAL se solidariza con estas familias para quienes se debe llevar justicia restaurativa.
¡Tantas deudas! ¡Tanto Derecho Humano pendiente! Hace falta hacer justicia por la ausencia de oportunidades, en una sociedad de brechas gigantescas. Hace falta hacer justicia que restaure a las víctimas de la guerra, que son deudas pendientes de historias dolorosas. Hace falta justicia climática porque son siempre los más empobrecidos quienes, ante los impactos negativos del cambio climático, lo pierden todo. Y para estos hogares: perderlo todo significa, el todo más contundente imaginable.
En el 2017 esta institución se compromete con las familias que valientemente enfrentan triples agresiones de violencia estructural, social y climática. Compromiso que va desde la denuncia de las situaciones de muerte que se encuentran en comunidades, barrios y cantones, hasta la acción concreta de propuestas que transformen dichas inaceptables realidades.